La presa se puso en servicio en noviembre de 1977 con el principal objetivo de garantizar el agua potable a la población de los diez municipios de la Mancomunidad en cualquier época del año.
La presa constituye también un importante elemento de protección ante inundaciones en situaciones de avenida y, desde la construcción en 1999 de la central hidroeléctrica de pie de presa, permite además producir energía eléctrica de carácter renovable.
Su capacidad es de 37.279.625 m3, que puede ser aumentado -de forma extraordinaria y temporal- en otros 3.742.963 m3 mediante el cierre de las compuertas del aliviadero en caso de avenidas.
El embalse recibe las aportaciones de los 64 km2 de superficie la cuenca vertiente del Añarbe, donde se concentran varios de los puntos de mayor precipitación media anual de toda la península.
El cierre de las compuertas permite aumentar temporalmente la capacidad del embalse ante el riesgo de avenidas. Una vez alcanzada la cota de seguridad, el caudal de desembalse puede variar en función del nivel de llenado y del grado de apertura de las compuertas.
El derecho puede desembalsar un caudal de 23 m3/s; el izquierdo -que dispone de dos aberturas- puede desaguar hasta 33 m3/s (escalonadamente entre 0 y 15 o directamente 33 m3/s).
Se vierte de forma continua y obligada un caudal mínimo de 0,33 m3/s, con el fin de favorecer el buen estado ecológico del río Añarbe aguas abajo de la presa.
Las principales características técnicas son las siguientes:
Aunque el principal objetivo de la presa de Añarbe es garantizar el abastecimiento de agua a la población, la presa puede también constituir un importante elemento de protección ante inundaciones en situaciones de avenida. Las maniobras que en ella se realizan permiten retener grandes volúmenes de agua en el embalse, evitando que lleguen al Urumea cuando éste baja muy crecido.
Normalmente y salvo que la avenida se prolongue en el tiempo o sea mayor a la inicialmente prevista, ese volumen de agua se desembalsa una vez que desciende el nivel del Urumea, sin causar daños. La presa está construida sobre el río Añarbe, no sobre el río Urumea; por tanto, sólo puede retener las aportaciones de la cuenca del Añarbe que, en caso de llover de manera uniforme, representa únicamente el 23% del caudal total del Urumea.
En los últimos años se han adoptado distintas medidas con el fin de aumentar la capacidad de la presa para retener mayor cantidad de agua en episodios de fuertes precipitaciones:
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¿Sabías que... la sequía provocó que en San Sebastián se tuvieran que realizar cortes en el suministro de agua de doce de la noche a seis de la madrugada entre el 21 de diciembre de 1989 y el 1 de mayo de 1990? ¿Y que las restricciones duraron casi 16 meses en Bilbao y Vitoria, llegando a ser de hasta doce horas diarias?
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